¡Hooooola a todos!
La semana pasada publicamos una entrada sobre herramientas digitales y educación a distancia. En ella decíamos que la educación (presencial y a distancia) no era un asunto de herramientas, sino de metodologías. Y después de dicha afirmación, nos pusimos a hablar de herramientas... ¡Qué morro!
Así que esta semana vamos a hablar de metodologías y educación a distancia.
Si algo tengo claro es que la metodología y la organización del trabajo que estamos utilizando en entornos presenciales no funcionan a distancia. El contexto es completamente distinto y no podemos esperar obtener los mismos resultados haciendo lo mismo. De hecho, no podemos esperar obtener los mismos resultados "hagamos lo que hagamos".
"En educación a distancia se aprende menos que en presencial" Y pensar lo contrario nos llevará a nosotros y a nuestros alumnos a frustrarnos.
No pasa nada. Se trata de priorizar aprendizajes y aprovechar todo lo que esté en nuestra mano para que nuestros alumnos puedan aprender más y mejor en esta situación. Y lo que más nos/les va a ayudar es una metodología adaptada a los objetivos y el contexto.
Si lo que funciona en presencial falla en educación a distancia, imaginad qué pasará con lo que ya se ha demostrado que falla en presencial (me estoy refiriendo a un modelo del tipo Presentación + Práctica + Examen final)... las carencias se multiplican.
Por eso, mi recomendación (y no solo para educación a distancia) es que busquemos soluciones entre las que se conocen como metodologías activas, más centradas en el alumno que en el contenido. En ellas se facilita la adquisición de aprendizajes profundos mediante la participación intencionada del alumno en la construcción de su aprendizaje.